Acallar la mente para escuchar(nos)
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La introspección puede ser un camino desafiante, un viaje hacia lo más profundo de nuestro ser donde a menudo nos encontramos con emociones y pensamientos que preferiríamos ignorar. Este espacio interno puede convertirse en un espejo que refleja nuestras inseguridades, miedos y anhelos más profundos.
En momentos de soledad pueden surgir preguntas como:
- ¿Qué nos decimos a nosotros mismos?
- ¿Qué partes de nuestra esencia rechazamos, tanto en nosotros como en los demás?
- ¿Con qué intentamos llenar ese vacío que a veces se siente abrumador?
La soledad, a pesar de ser una experiencia común, es temida por muchos. Es en esos momentos de silencio interior donde escuchamos la voz de nuestra verdad, y a menudo, lo que escuchamos puede resultar incómodo. Esta autoescucha puede recordarnos que estamos viviendo una vida que no se alinea con nuestros deseos y aspiraciones más profundas.
«Pero la historia que llevamos en nuestro interior no es nueva. Así como hoy podemos sentirnos perdidos, nuestros padres y los padres de nuestros padres han transitado caminos similares».
La cultura y las tradiciones familiares a menudo nos enseñan que ser “buenas personas” significa anteponer las necesidades de los demás a las nuestras. Este enfoque, que busca evitar el sufrimiento ajeno, puede llevarnos a descuidar nuestra propia salud emocional. La consecuencia es una lucha constante entre lo que creemos que debemos ser y lo que realmente somos.
En este contexto, es fundamental dar un paso hacia el cambio. No se trata de seguir clasificando nuestras emociones como buenas o malas, sino de abrazarlas en su totalidad. La transformación comienza cuando decidimos no ocultar el sufrimiento, sino comprenderlo y utilizarlo como un catalizador para el crecimiento personal.
| Aprender a cuidarnos desde el reconocimiento del dolor, en lugar de evitarlo, puede ser la clave para liberarnos de viejos patrones. |
Si alguna vez has sentido la duda sobre si estás en el camino correcto, permíteme asegurarte que esa duda es la primera señal de un cambio inminente.
La duda puede ser inquietante, pero es también una invitación a explorar lo que realmente deseas. Cuando estamos alineados con nuestra pasión, el cansancio puede aparecer, pero no así la duda.
Muchas veces, vivimos bajo la sombra de expectativas externas, tratando de ser lo que otros quieren que seamos. Esta búsqueda de validación nos aleja de nuestras verdaderas elecciones, llevándonos a una vida que no nos satisface, y por ende a dudar de lo que estamos siendo y, por ende, a procurar un cambio.
Y sí, es natural sentir pánico ante la palabra “cambio”. La idea de dejar atrás lo conocido puede resultar abrumadora, ya que asociamos el cambio con decisiones drásticas. Sin embargo, el cambio más significativo es el que ocurre dentro de nosotros.
Cuestionar nuestras verdades absolutas y reexaminar nuestras creencias puede abrir la puerta a nuevas posibilidades. Lo que creemos que es nuestra realidad no siempre se ajusta a lo que realmente deseamos, y permitirnos la vulnerabilidad es el primer paso hacia la autenticidad.
Para iniciar este proceso, es esencial comprender de dónde venimos. Cada uno de nosotros lleva consigo heridas que colorean nuestra percepción del presente. Las experiencias vividas, especialmente aquellas relacionadas con el maltrato o el abandono, influyen en cómo nos relacionamos con nosotros mismos y con los demás.
«La forma en que nos hablamos en momentos de error o fracaso es crucial; a menudo, la voz crítica interna puede ser más dañina que cualquier comentario externo».
El autoconocimiento y la autocompasión son vitales en este viaje. La lucha interna que cada persona enfrenta es única, y es esencial respetar ese proceso sin invadir la batalla ajena bajo el pretexto del “amor”.
Si estás lidiando con ansiedad, depresión o cualquier otro malestar emocional, recuerda que es el momento adecuado para buscar ayuda. Muchas veces, el dolor acumulado se convierte en un túnel oscuro que parece interminable, y la rabia puede consumirnos. El verdadero desafío no radica en lo que no queremos, sino en descubrir lo que realmente deseamos.
No te juzgues por no saber lo que quieres, por elegir mal en el amor o por no priorizarte. Somos el reflejo de nuestras experiencias y emociones. Si te mueves desde el deber, esperando recompensas externas, el resultado será una vida de frustración. La libertad radica en elegir qué deberes deseas asumir, dando espacio también a lo que realmente quieres.
El camino hacia el autoconocimiento y el bienestar es un proceso que vale la pena emprender. Si sientes que necesitas orientación, considera la terapia como un recurso valioso en este viaje. Te invito a dar el primer paso hacia una vida más auténtica, en la que te sientas plena y conectada contigo misma.
Estoy a un solo clic de distancia, para acompañarte en el más profundo viaje hacia ti misma.
Con amor,
Maddalena Armenise
+39 350 035 1163
