
¿El ego nos protege o nos somete?
marzo 3, 2025
Cuando el miedo al futuro nos roba el presente
marzo 18, 2025El duelo es un proceso constante en la vida. No solo despedimos a las personas que ya no están con nosotros, sino también nos despedimos de quienes fuimos en distintas etapas.
Con cada cambio significativo, con cada pérdida, con cada ciclo que se cierra, algo en nosotras también muere, y en ese vacío, comienza a gestarse una nueva versión de quienes somos.
Estos días he pensado mucho en el duelo. No solo el duelo por la partida de mi mamá, sino también el duelo por la mujer que fui mientras ella estaba viva. Porque cuando alguien importante se va, no solo perdemos a esa persona, sino que perdemos la forma en que nos relacionábamos con el mundo a través de ella.
«Perdemos una parte de nuestra identidad, aquella que existía en ese vínculo, en esa relación, en los espacios compartidos y en las versiones de nosotras que solo esa persona conocía».
Es por eso que cuando atravesamos un duelo, muchas veces sentimos la necesidad de hacer cambios visibles. Nos cortamos el cabello, nos hacemos tatuajes, cambiamos nuestro estilo, redecoramos la casa o adoptamos nuevas rutinas.
Desde afuera, estos cambios pueden parecer superficiales, pero en realidad son una forma simbólica de procesar lo que está ocurriendo internamente. Son rituales de transición que nos ayudan a decirnos a nosotras mismas: “estoy lista para ser esta nueva versión, porque la que fui ya no está”.
El duelo no es solo tristeza; es transformación.
Es un puente entre el pasado y el futuro, un espacio donde aprendemos a soltar sin olvidar, donde reconocemos que algunas partes de nosotras se han ido, pero también que hay otras listas para nacer. En este proceso, nos reconstruimos, nos redescubrimos y, de alguna manera, nos reafirmamos.
No hay tiempos exactos para el duelo ni una única forma de vivirlo. A veces nos tomará meses, otras veces años, y a veces, incluso después de haber creído que lo hemos superado, vuelve a aparecer en un día cualquiera, en una canción, en un aroma, en una foto. Y está bien…
«Porque el duelo no es un enemigo a vencer, sino un proceso que debemos transitar con amor y paciencia».
Así que si hoy te encuentras en medio de un duelo, sea por alguien que partió o por una versión de ti que ya no volverá, recuerda que está bien cambiar, está bien sentir, está bien despedirte a tu manera. Y sobre todo, está bien abrirle espacio a la nueva persona que serás después de todo esto.
El duelo es, en el fondo, una forma de amor. Un amor que transforma, que nos enseña a honrar lo que fue, mientras nos preparamos para todo lo que aún está por venir.
Con cariño,
Maddalena Armenise
@soylenapsico
+39 350 035 1163