
Soltar lo que fuiste para construir lo que quieres ser
diciembre 9, 2024
El cuarto de los logros y cómo llenarlo realmente
diciembre 23, 2024Imagina que cada uno de nosotros es una casa. Desde el momento en que nacemos, comenzamos a habitar un cuarto especial: el de la familia. Es el primer espacio que conocemos, donde nos formamos y entendemos el mundo.
A medida que crecemos, empezamos a explorar otras habitaciones en esta casa interior.
- Está la habitación de los logros, donde almacenamos nuestros éxitos y metas cumplidas.
- También está el espacio dedicado a la pareja o el amor, lleno de experiencias compartidas.
- Encontramos la sala de los amigos,
- El rincón de las relaciones importantes,
- Y el refugio más personal: ese espacio que habla solo de nosotros, de lo que somos cuando nadie más está mirando.
Cada habitación refleja una parte de nuestra vida, y todas juntas conforman el hogar que habitamos dentro de nosotros mismos.
Pero, al igual que sucede en una casa física, a veces nos encontramos acumulando más de lo que necesitamos.
El peso de lo que no soltamos
Piensa en cómo se siente entrar a una casa llena de cosas que ya no sirven: muebles viejos, objetos que no usamos, cajas olvidadas en cada esquina. Ese desorden comienza a obstaculizar el movimiento, la claridad y hasta la tranquilidad de quien la habita.
En nuestra casa interna sucede lo mismo. Los «peroles» emocionales, esas cosas que acumulamos sin darnos cuenta, nos saturan y nos quitan la libertad de movernos con ligereza.
Los peroles no son solo cosas físicas; son creencias heredadas que nunca cuestionamos, patrones de conducta que repetimos sin sentido, emociones que no procesamos en su momento, o expectativas ajenas que asumimos como propias».
Tal vez vienen del cuarto de la familia, donde aprendimos que ciertos comportamientos eran necesarios para pertenecer. O del cuarto de los logros, donde almacenamos el miedo al fracaso que nos enseñaron.
Cada habitación puede convertirse en un espacio abarrotado de experiencias pasadas que, lejos de ayudarnos, nos atan.
La necesidad de soltar para ser auténticos
Cuando una casa está llena de cosas innecesarias, lo primero que sentimos es que no podemos respirar. Ya no hay espacio para lo nuevo, para lo que queremos construir ahora.
De la misma forma, si nuestra casa interna está repleta de emociones no resueltas, de creencias que no son nuestras, de patrones que nos limitan, no podemos vivir plenamente el presente ni ser quienes realmente somos.
Soltar no significa olvidar o negar lo vivido, sino reconocer qué ya no necesitamos y dejarlo ir. Es tener el coraje de abrir esas cajas viejas, mirar su contenido y decidir qué nos sirve y qué no. Algunas cosas se quedarán porque son parte de lo que somos, pero muchas otras necesitan irse para liberar espacio, para permitirnos crecer.
El presente como nuestro nuevo hogar
Cuando soltamos, dejamos de vivir desde el pasado y comenzamos a habitar el presente. Es aquí donde podemos reconstruir nuestra casa interior, habitación por habitación, de acuerdo a nuestras necesidades actuales.
Soltar nos da la oportunidad de reimaginar cada espacio, de redecorar con los colores y formas que reflejan nuestra autenticidad.
Liberar nuestra casa interna de esos «peroles» nos permite caminar con mayor libertad, amar con más profundidad, crear con más claridad y, sobre todo, ser nosotros mismos. No desde lo que fuimos, ni desde lo que los demás esperan, sino desde el ser pleno y auténtico que emerge cuando vivimos en el ahora.
Esta casa que somos tiene el potencial de ser nuestro refugio más hermoso, un lugar donde podamos sentirnos seguros, libres y en paz. Pero para que eso ocurra, necesitamos el valor de hacer limpieza, de dejar ir lo que ya no nos pertenece, y de abrir espacio para lo que verdaderamente queremos habitar.
¿Ya limpiaste tu casa o estás acumulando “peroles”?
Maddalena Armenise
+39 350 035 1163