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marzo 10, 2025El ego existe para protegernos y ayudarnos a ser aceptados socialmente. Desde nuestros primeros años, desarrollamos un sentido de identidad que nos permite interactuar con el mundo y enfrentar sus desafíos.
«Este «yo» interior se forma a partir de experiencias, aprendizajes y, sobre todo, de la necesidad de encajar en una sociedad que constantemente nos evalúa».
El ego, en ese sentido, actúa como un escudo que nos protege de heridas emocionales y nos brinda una sensación de seguridad al mostrarnos de cierta manera ante los demás.
Sin embargo, el ego también tiene su trampa. Cuando nos aferramos a él de manera excesiva, vivimos atrapados en un ciclo de ansiedad, miedo al futuro y culpa por el pasado. Creemos que sabemos lo que es lo mejor para nosotros y para quienes nos rodean, pero esa certeza se basa en una visión limitada y superficial de la realidad.
En este caso, saber no es lo mismo que entender profundamente; es aferrarse a una imagen que nos da comodidad, pero que impide el crecimiento personal.
Renunciar a vivir desde el ego es, en muchos casos, un proceso de liberación. Es permitirte soltar esas cargas emocionales que te mantienen anclada en el miedo a equivocarte, en la ansiedad por lo que vendrá y en la culpa por lo que ya pasó.
Cuando te permites liberarte de esas ataduras, el ego, que una vez fue tu protector, empieza a desvanecerse, casi como si agonizara por no poder retenerte en la trampa de la autoexigencia y la defensa constante.
Este proceso no es sencillo, ya que implica mirar de frente las partes de ti que preferirías ignorar. Significa cuestionar aquellas creencias que te dicen que debes comportarte de cierta manera para ser aceptada o exitosa.
Al hacerlo, descubres que la verdadera fortaleza reside en entender, en lugar de simplemente saber. Entender implica profundidad, compasión y la capacidad de ver más allá de las apariencias. Es la diferencia entre actuar por impulso y responder de manera consciente a lo que realmente necesitas.
«Vivir sin la presión del ego te permite abrir espacio para una autenticidad que transforma tus relaciones y tu forma de ver la vida».
No se trata de renunciar a protegerte, sino de permitir que el amor propio y el autoconocimiento te guíen, en lugar de un «yo» rígido que teme ser vulnerado. Cuando te desprendes de esa necesidad de validación externa y te centras en comprender tus verdaderas emociones y necesidades, descubres que la vida se vuelve más ligera y las decisiones se toman con mayor claridad y libertad.
Podemos concluir, entonces, que el ego cumple una función importante en nuestra formación, pero aferrarnos a él sin permitirnos cuestionarlo nos impide crecer.
Renunciar a vivir con la ansiedad del futuro o la culpa del pasado es un acto de valentía, porque abres la puerta a un entendimiento más profundo de ti misma y a relaciones más auténticas.
Saber lo que eres no es lo mismo que comprenderlo; y es en esa comprensión donde se encuentra la verdadera libertad para ser quien realmente quieres ser.
Si quieres romper las ataduras del ego, cuenta conmigo para acompañarte en tu proceso. Lo más importante es que logres vivir en consonancia con tus anhelos.
Con cariño,
Maddalena Armenise
@soylenapsico
+39 350 035 1163